Ante la prohibición del Banco Popular de China sobre los servicios de criptomonedas, el mercado privado está floreciendo en China, con cafés, restaurantes e incluso lavanderías convirtiéndose en centros para transacciones con criptomonedas.
Los comerciantes sortean hábilmente la prohibición en sus actividades diarias. Intercambian direcciones de billetera, manejan transferencias bancarias e intercambian monedas inteligentes y criptográficas.
Este comercio físico es muy común en China. Aquí, los gobiernos locales, que luchan con otros desafíos económicos y financieros, responden menos a la presión del banco central.
Además, las plataformas de redes sociales como WeChat y Telegram se están convirtiendo en herramientas importantes para estos emprendedores. A través de grupos dedicados, compradores y vendedores interactúan directamente, evitando la necesidad de intercambios tradicionales.
Esta transición al comercio extrabursátil (OTC) es importante. Según Chainalysis, una empresa de inteligencia blockchain, China verá 86.400 millones de dólares en transacciones OTC en 2023.
Aunque las autoridades centrales continúan restringiendo las actividades relacionadas con las criptomonedas, el espíritu indomable de la comunidad criptográfica encuentra nuevas formas de sanar y crecer. Este esfuerzo no solo confirma el problema de la vigilancia de las monedas digitales, sino que también sirve como advertencia para otras jurisdicciones que buscan implementar prohibiciones similares.
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