El COVID-19 plantea una gran amenaza no sólo para la salud pública sino también para toda la economía estadounidense. La respuesta política del país debería centrarse en cuatro áreas clave.
Primero, debemos aceptar las pérdidas económicas que protegen la salud. Las medidas necesarias para combatir el coronavirus limitarán la actividad económica. Queremos que se acaben los trabajos peligrosos. Se acabaron las reuniones. La reducción de la actividad económica reducirá el crecimiento económico general. Pero todos sabemos que el Producto Interior Bruto no es lo que afecta a la salud de las personas. Esto es especialmente cierto hoy.
En segundo lugar, debemos ayudar a la gente a afrontar esta repentina crisis económica. Millones de trabajadores verán caer sus ingresos debido a la reducción de jornada laboral, despidos y despidos. Los restaurantes, bares y muchas otras pequeñas empresas verán sus fuentes de ingresos.
Ampliar los programas de seguridad social existentes, como lo hace la Ley de Respuesta al Coronavirus Familias Primero para el seguro de desempleo, Medicaid y la asistencia alimentaria, es un buen comienzo. Lo mismo ocurre con el apoyo a las bajas por enfermedad remuneradas. Pero estos programas pasan por alto a muchas personas.
Por eso vemos nuevas ideas para ganar dinero desde casa rápidamente. Los pagos directos a las familias propuestos recientemente por Jason Furman (ex asesor económico del presidente Obama), Greg Mankiw (ex asesor del presidente Bush) y ahora el senador Mitt Romney (R-UT) son una forma. Dirigir los pagos a familias de bajos ingresos, como lo está haciendo Australia, es otra. El tercer paso es subsidiar a los empleadores que mantienen a sus empleados en su nómina. De cualquier manera, lo más importante es conseguir ayuda lo antes posible para mitigar lo que podría ser una pérdida financiera sin precedentes.
En tercer lugar, debemos proteger nuestra economía para que pueda utilizarse para aumentar el riesgo del virus. La COVID-19 no tiene por qué destruir empresas sanas y no rentables.
La Reserva Federal trabajará para garantizar que los mercados crediticios sean estables. Agregar dinero a los mercados del Tesoro, como lo está haciendo la Reserva Federal, es un buen paso. Es posible que se deban tomar muchas medidas en los próximos días. Pero eso puede no ser suficiente.
El Congreso y el presidente Trump deben ayudar a las empresas saludables que enfrentan situaciones de emergencia y no tienen buenas opciones de financiamiento. Los préstamos para pequeñas empresas son un primer paso natural. Trump quiere ampliar la autoridad crediticia de la Administración de Pequeñas Empresas. Otros países han anunciado programas con un enfoque similar. Por ejemplo, el Reino Unido ha introducido nuevos préstamos para perturbaciones empresariales.
Qué hacer con las grandes empresas es una cuestión difícil. Muchas grandes empresas tienen estrategias únicas de recaudación de fondos. O deberían haber corregido mejor sus trabajos. Espere un acalorado debate sobre dónde trazar la línea entre lo bueno y lo malo que puede surgir de un rescate y, de hecho, qué constituye un rescate. (Tendré más que decir sobre esto en otra publicación).
Cuarto, debemos hacer pleno uso de nuestro poder económico una vez que el virus haya pasado. Un regreso sólo ayudará si la demanda continúa.
La Reserva Federal ha tomado medidas para apoyar sus intereses reduciendo su tasa de interés a cero y aumentando sus compras de bonos del Tesoro y tasas de interés hipotecarias. Esas medidas reducirán la caída del gasto de los consumidores y las empresas.
Si eso será suficiente es una incógnita. Si se toman medidas efectivas ahora, la economía puede recuperarse rápidamente una vez que haya pasado la amenaza del virus. Desafortunadamente, también es posible que los servicios financieros disminuyan. Cuando esto sucede, la política fiscal puede ayudar a estimular la demanda. Lo que estamos haciendo ahora para brindar apoyo financiero ayudará y puede continuar. También tenemos impuestos regulares (por ejemplo, recortes de impuestos) y medidas de gasto (por ejemplo, subsidios).
En los últimos días, Estados Unidos ha dado grandes pasos en la primera dirección, aceptando las pérdidas financieras necesarias para combatir el virus. En los próximos días, el siguiente paso reemplazará a los dos siguientes, ayudando a las personas a sobrevivir a la repentina pérdida económica y protegiendo nuestra capacidad productiva para recuperarnos rápidamente. Los formuladores de políticas también pueden tomar medidas tempranas para apoyar la demanda de un uso pleno de ese poder. Pero la escala total de esos esfuerzos necesitará seguir el crecimiento a largo plazo que aún está por determinar.