Todas las mañanas, después de enviar a sus nietos a la escuela, Mariam Ngare va a la playa de Msambweni, un pequeño pueblo pesquero de la costa de Kenia.
Allí compran conejo o pez loro recién capturados, los cortan y fríen. Ngare lleva su árbol en un cuenco de hojalata sobre su cabeza y camina hasta la calle principal de la ciudad, donde vende cada pieza por 50 chelines kenianos (35 dólares estadounidenses) a los transeúntes para un bocado rápido.
Ngare pertenece a un grupo de mujeres conocidas como mama karanga, o amantes del pescado. Muchos comenzaron su negocio con la ayuda de un proyecto apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuyo objetivo es construir arrecifes de coral sostenibles mediante la promoción del papel de las mujeres en la gestión del medio marino.
Lanzado en 2020, el proyecto proporcionó a las mujeres dinero inicial y les enseñó a comprar pescado maduro. Los expertos dicen que la segunda fase es crítica para el crecimiento de los peces y la salud continua de los arrecifes costeros de Kenia.
“Este proyecto es un buen ejemplo de cómo brindar a las mujeres el apoyo financiero que necesitan puede crear oportunidades económicas y proteger los ecosistemas que hacen que la costa de Kenia sea tan especial”, dice Leticia Carvalho, directora de la División de Agua Dulce y Marina del PNUMA.
La falta de ingresos de las mujeres es el tema central del Día Internacional de la Mujer de este año, que se celebra el 8 de marzo. Abordar esta cuestión se considera esencial para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Según ONU Mujeres, a nivel mundial, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de tener acceso a instituciones financieras o tener una cuenta bancaria. También tienen la oportunidad de trabajar en empleos regulares y en industrias vulnerables al cambio climático, como el sector pesquero. A nivel mundial, se espera que 340 millones de mujeres y niñas vivan en la pobreza para 2030. El cambio climático podría aumentar esta cifra en 158 millones para 2050.
Para abordar esto, el PNUMA se asoció con Coastal Oceans Research and Development en el Océano Índico, una organización de investigación con sede en Mombasa, Kenia. Con financiación del Departamento de Estado de los Estados Unidos, la organización proporcionó a las mujeres dinero inicial para iniciar su negocio pesquero. Las mujeres utilizaron el dinero para comprar artículos de primera necesidad, como aires acondicionados, básculas, mesas, talonarios de recibos y certificados de venta.
Los funcionarios del proyecto también enseñaron a las mujeres sobre contabilidad y mantenimiento de registros. Muchos han abierto una cuenta bancaria grupal para administrar mejor sus finanzas.
Después de eso, las mujeres dejaron de comprar pescado pequeño barato y en su lugar compraron pescado de tamaño grande o mediano. El cambio se consideró necesario: capturar demasiados juveniles los eliminaría del océano antes de que pudieran ayudar a restaurar las poblaciones, dañando los frágiles ecosistemas del arrecife.
Estas mujeres también conservarán el 10 por ciento de sus ganancias como capital social. Pueden intervenir en caso de emergencias, comprar equipos o iniciar un negocio paralelo. Algunas mujeres han tenido mucho éxito y han asistido a bodas y funerales.
Un grupo de mujeres recibió dinero para comprar plántulas y plantar 100.000 manglares cerca de Munje. El grupo también recibió asesoramiento técnico y capacitación sobre plantación de árboles en tierras altas del Servicio Forestal de Kenia.
En total, se capacitó a cuatro grupos de mujeres para vender pescado, restaurar manglares, criar abejas y utilizar piscifactorías. En total, 81 mujeres se beneficiaron directamente del proyecto, mientras que unos 486 miembros de sus familias se beneficiaron indirectamente.
“Este trabajo ha demostrado que la igualdad de género y el reparto de los beneficios de los recursos naturales no sólo son buenos para la economía, sino también para el medio ambiente”, afirma Carvalho. “Lo importante ahora es intensificar esfuerzos como este”.
Dijo que proyectos como el de la costa de Kenia son muy importantes para lograr el Marco de Biodiversidad Kunming-Montreal, un conocido acuerdo para proteger y restaurar el medio ambiente, y el acuerdo climático de París. Las mujeres, afirma, desempeñan un papel clave en la adopción y promoción de formas sostenibles de utilizar los recursos naturales.
Sin embargo, no basta con proporcionar acceso a ingresos. Las mujeres también necesitan educación financiera y un período de gracia incluido en sus préstamos si quedan embarazadas, dicen los expertos.
Es por eso que la Iniciativa Financiera del PNUMA (UNEP-FI) está alentando a las instituciones financieras a brindar servicios de crédito que ayuden a reducir los riesgos que enfrentan muchas mujeres empresarias al iniciar sus negocios.
En Nigeria, Wema Bank, signatario de los Principios de Banca Responsable del PNUMA-FI, lanzó una plataforma llamada SARA específicamente para mujeres empresarias. La plataforma ofrece seguros de bajo costo y acceso a préstamos a bajas tasas de interés.
De manera similar, en Camboya, las agricultoras pueden obtener préstamos a bajo interés a través del programa EmPower, que es una asociación entre el PNUMA y ONU Mujeres. Los préstamos les permiten comprar tecnologías limpias que les ayudarán a hacer crecer sus negocios.